Acueducto de Segovia

El Acueducto de Segovia es una de las más soberbias obras que los romanos dejaron repartidas por su vasto imperio. Fue construido para conducir hasta Segovia el agua de la Sierra, es símbolo heráldico de la ciudad y su construcción fue atribuida al diablo por la leyenda. 

Se data aproximadamente en el siglo I en la época de los Flavios, y también a la época de Nerva o Trajano. La imposibilidad de datación exacta no impide que encabece la clasificación de mejores obras de ingeniería civil en España. Sus 167 arcos de piedra granítica del Guadarrama están constituidos por sillares unidos sin ningún tipo de argamasa mediante un ingenioso equilibrio de fuerzas. Obra extraordinaria, en la que la utilidad convive con la armonía y la belleza.













Según la leyenda, la construcción del acueducto debe atribuirse al diablo mismo. El diablo pretendía ganarse el alma de una muchacha, conocedor de que ésta estaba harta de ir a buscar agua hasta las fuentes del valle y que, por tanto, sería capaz de cualquier cosa con tal de terminar con tan enojosa y cansada tarea. Un buen día, el diablo se ofreció a construir un enorme puente por el que se canalizara el agua y que le evitara a la chica tener que acarrearla en cubos. El gesto del diablo, nada altruista como es de imaginar, suponía que la muchacha debía venderle su alma, lo que ésta aceptó gustosa a condición de que el trabajo estuviera terminado en tan sólo una noche. Así pues, el diablo se puso manos a la obra y durante toda la noche, sin parar un solo instante, colocó enormes sillares de granito de hasta dos toneladas, unos sobre otros, sin otra sujeción entre ellos que su propio equilibrio y peso. Sin embargo, para desgracia del diablo, cuando estaba a punto de terminar aparecieron los primeros rayos del sol, por lo que no consiguió su propósito de hacerse con el alma de la joven. La obra del diablo, si hacemos caso a la leyenda, lleva en pie más de dos mil años atravesando la ciudad de Segovia de este a oeste. Su tramo más bello es el de la Plaza del Azoguejo, ya que allí la doble arquería llega a alcanzar los veintiocho metros de altura. Hoy en día son muchas las personas que acuden Segovia a admirar esta prodigiosa y maravillosa obra arquitectónica en la que, si observamos atentamente, todavía pueden verse los agujeros en las piedras que, según dicen, podrían ser las huellas de las uñas del diablo

No hay comentarios:

Publicar un comentario